miércoles, 20 de mayo de 2009

Mina abre los ojitos y la boca bien grandes mostrando los colmillos y enrollando la lengua mientras bosteza y estira sus patitas delanteras. Y cuando uno la observa se da cuenta por el tuntunear de su cola que le resulta sumamente placentero.
Varias veces a la semana intento hacer lo mismo que Mina, pero no me resulta tan sencillo y natural como comer una mandarina con la luz del invierno acariciandote la mejilla derecha. Pero la sensación de liviandad te recorre todo el cuerpo y te induce a bostezar cual si uno tuviese un buen par de colmillos y una lengüita para enrollar.


No hay comentarios: